miércoles, 25 de mayo de 2016

¿Cuándo empezó esta ruina lenta?


Eros, dios de las casualidades románticas, presencia translucida y eterna que se abre paso el tiempo para colarse en diversos instantes de la historia para hacer brillar los ojos de los humanos y prenderlos de deseo, a menudo reflexiona sobre lo extraordinaria y conmovedora que es la efímera vida humana, la manera que tenemos de tejer historias, de convivir con el caos. Lo que ve de bello en la tierra son los paisajes cambiantes, perecederos y frágiles, donde todo fluye, palpita, se desintegra.

Paralela a esta historia, Virgilio intenta escribir un gran poema en una Roma nada parecida a la esplendorosa ciudad de templos que se describe en los libros de historia, la capital de un gran imperio, la dueña del Mediterráneo. Es la roma de las callejuelas estrechas y los ideales traicionados, la decadencia y la miseria, los emperadores, la codicia y el ansia por el poder.

Elisa mujer poderosa, valiente, audaz en un mundo de hombre, huye de Tiro y se convierte en reina de Cartago, Eneas héroe de Troya, vagabundo y derrotado en busca de una profecía y un destino que cumplir, recaba en la costa africana, en Cartago y  como mitos del pasado, almas paralelas que se encuentran sin quererlo, náufragos, desterrados de su lugar de origen, comenzaran a tejer una historia de amor con el fin de recabar en otras tierras para formar un nuevo imperio.


Y así es como escribirán nuestra historia, Yulo, como una gran leyenda y nuestros nombres trascenderán y no moriremos nunca (No hay por qué tener miedo), así que aun que lo peor haya pasado vamos a quedarnos un rato más los dos juntos, ¿qué tal para siempre?


María Moya
María Perise
Santiago García

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